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20 de marzo de 2011

Si eres mi amigo...



No puedo ir hacia ti. Tengo miedo.
No pienso ir hace ti. Ves, te lo digo.
Aun cuando la noche pase en vela pensando
y sepa que tampoco duermes tú, aún así.
Aunque día tras día sigas el camino de la soledad
y llegue al atardecer a una oscura morada.
Pero si de verdad eres mi amigo, entonces, al final,
hay un camino por el que nunca anduve,
y ese camino no lo andarás tú solo.
Me hallarás una noche junto a ti:
la noche en que me digan que te has muerto.

(Anónimo. Siglo VIII a.C.)



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