Para decirte amor que te amo tanto,
tuve que quitarme los complejos,
olvidar todos mis falsos pudores
y despedirme de prejuicios y temores.
Para entregarte a ti mis caricias corazón,
tuve que arriesgarme a perder mis años de costumbre,
a enterrar mis miedos hondamente
y dejar para siempre mis hondos atavismos.
Para entregarme a ti cariño mio,
tuve que armarme de valores,
comprender que aquella niña asustadiza debía quedar atrás
y darle paso a la mujer liberada,
resuelta y profundamente enamorada.
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